lunes, 30 de enero de 2012

"Serás lo que debas ser. O no serás nada!"


"Serás lo que debas ser. O no serás nada!" José de San Martín

Estando yo aún en el seminario, me di cuenta de que, hasta ese entonces, mi vida había sido muy buena, que tantas cosas increíbles me habían pasado, y que de una u otra manera era feliz con lo que había hecho. Pero también en esos años me fui conociendo y desvelando quién soy realmente, y empecé a juzgar todo lo que fue mi vida hasta ese entonces. Será que hice todo lo que tenía que haber hecho? Será que todo lo que hice fue realmente necesario, o dejé de hacer algunas cosas necesarias por hacer otras que no eran tan importantes?
Me vi entonces en un momento de mi vida en que podía tomar dos opciones.
La primera era seguir adelante así como ya venía haciendo desde siempre, con lo que sea que sucediera, viviendo el día a día, con sus desafíos y sus satisfacciones, sus alegrías o sus penas, su cansancio o su descanso, a "lo que Dios mande".
O la segunda, que era parar, verme tal cual soy –en mis defectos y virtudes, mis capacidades y mis torpezas, mis frustraciones del pasado y mis ensoñaciones de futuro–, decidir qué quería ser el resto de mi vida –algo que realmente me desafiara y me hiciera feliz!–, apuntar todas mis energías a eso y dejar de lado todo lo que no ayudara a ese fin.

A todos nos pasa! Existe un momento de nuestras vidas donde se encuentra este único episodio: el umbral entre un pasado vago en sus orientaciones –totalmente abandonado al devenir de los acontecimientos cotidianos–, y un futuro decidido, asumido y direccionado hacia una misión de vida.
Ese es el momento donde se define todo!

Hasta ese día somos pasajeros en una carroza tirada por unos caballos llamados "Temperamentos". Nos lleva por los caminos que al chofer "Destino" se le ocurran. Y, como no teníamos nada planeado antes, cualquier sendero parece lo suficientemente lindo.
Pero a partir de ese entonces, echamos al piloto y empezamos a domar a nuestros caballos a nuestra voluntad. Tomamos las riendas de nuestras vidas en propias manos!

Soy un convencido de que no existe nadie tan capaz de influenciar la vida de uno como uno mismoNosotros somos los que hacemos finalmente lo que queremos con nosotros mismos.
Nadie es capaz de "lavarnos el cerebro" y colocarnos ideales que no están en nuestro corazón ya desde nuestros orígenes, desde nuestra vivencia de vida.
Ahí está, bien escondido en el rincón del alma, susurrándonos todo el tiempo, nuestro ideal. No lo pusimos nosotros. Ha estado desde siempre. Viene "de fábrica" con nuestra alma. Son unas sensibles cuerdas que vibran cuando las tocan ciertos acontecimientos.
El idealista que lucha por la justicia las siente cuando ve un acto de inmoralidad. El que lucha contra la pobreza oye su sonido cuando un niño en harapos le golpea el vidrio pidiendo monedas. El que lucha por la libertad, cuando la impotencia le domina frente a las garras de la prepotencia.
Están ahí! Están llamando! Y cuánto más las liberemos, cuánto más soltemos sus acordes, sonarán mucho más fuerte en nuestros pechos, cual caja de resonancia!

Qué importante es, por eso, saber quiénes somos y a dónde ir!
Lo definitorio para llegar allí, sin embargo, es saber cómo hacerlo. Tener un plan.

Líneas más arriba hablábamos de conocer nuestras habilidades y –sobre todo– reconocer nuestras incapacidades, y debemos concluir que el futuro de nuestro ideal se cifra en utilizar ambas cosas en un solo gran proyecto, concreto y objetivo, racional y medible, que nos permita saber de verdad si estamos caminando hacia nuestra meta.
No llegaremos nunca a ser más que meros soñadores si no sabemos cómo llegar hasta allí.

En el trayecto, van a existir momentos en que van a derrotarnos, o en los que simplemente no vamos a estar lo suficientemente preparados para vencer. Luchar en esa desventaja significa perder la posibilidad de vencer en el futuro.
Conozco muchos casos de jóvenes rebosantes de ímpetu que repiten que "darían la vida por la causa"; gente que sin armas ni armadura se enfrentan al sistema corrupto, por la fuerza de esos ideales. Tal vez sienten por dentro que no pueden tolerar esa injusticia. Pero no llegó aún su hora. Les faltan años de entrenamiento. Aun así, se enfrentan, y pierden la única chance que tenían de hacer una huella en la historia. No era aún su hora!

No todo en esta vida se trata por lo tanto de arranques de locura, actos heroicos y auto-destructivos, que no colaboren en nada para llegar al objetivo.
Un héroe muerto en el momento equivocado es una misión incompleta!
De qué acaso nos sirve un martirio inútil, cuando la causa sigue necesitando de gente viva, que luche día a día por ella?

"Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos. Pero los hay que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles." Bertolt Brecht

Necesitamos héroes del día, mártires que mueran poco a poco, gota a gota, y rieguen con ello el suelo de esta tierra en sequía.

Pero para eso debemos prepararnos.
Qué necesitás para cumplir tu ideal? Una profesión? Pues estudiá!
Necesitás plata? Cuánta gente hay que te puede ayudar con ideas de cómo generar dinero! Ahora, nadie te va a liberar del peso de tener que sudar cada centavo de tu riqueza...
Te hace falta tiempo? A nadie le vendría mal un poco de aprendizaje en el correcto uso de las horas ni tampoco le enfermaría dormir un poco menos.
Sos muy joven? O muy viejo? Te diría que el propio hecho de que ya hayas leído todo este texto hasta este punto te hace diferente a los demás y yo confiaría en vos si tuviera que decir quién va a marcar la historia.
Aquellos que piensan que uno abandona una lucha porque simplemente está en silencio, es porque no piensan que el entrenamiento es una época de reclusión autoimpuesta. Necesitamos darnos un tiempo para capacitarnos, prepararnos física e intelectualmente, y de alistar nuestros recursos para la batalla.
La arremetida será entonces mucho más efectiva e irrechazable cuando ocurra!

Escuchá tu ideal. Dicidite por él. Prepará tus armas y armadura. Y vamos a la batalla!

"Se puede quitar a un general su ejército, pero no a un hombre su voluntad." Confucio

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1 comentario:

  1. Me encanta como escribis Seba! concuerdo contigo plenamente.. cada uno es artífice de su destino. Paz Arguello

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