sábado, 29 de diciembre de 2018

El porqué del Servicio Militar y otras maneras de servir

Todo país que desee mantenerse como independiente necesita Fuerzas Armadas. Pequeña o grande, esa fuerza debe estar presente. Que hoy sea reducida y poco hábil frente a las de otros países no significa que así permanecerá para siempre. Esa fuerza puede desarrollarse, si existe la necesidad (y posibilidad) de que así sea. Las tareas que haya que hacer para que empiece a fortalecerse como institución deben iniciarse en algún momento de la historia.

No todas las FFAA están activas siempre. Presupuestariamente es sano que así sea. Una pequeña porción de ellas están acuarteladas, reciben salario del Estado y mantienen (o deberían al menos mantener) su entrenamiento. Es una porción mínima. La mayor porción de esas fuerzas permanece inactiva: son la Reserva. En caso de conflicto armado internacional, las FFAA llaman a su Reserva. Todos los que hacen el Servicio Militar Obligatorio pasan a ser parte de eso, por eso se llaman Reservistas. Es, por lo tanto, sano que el Paraguay realice el SMO.

La Constitución Nacional establece en su artículo 129 que todo paraguayo debe estar preparado para la defensa armada de la Patria. Todo paraguayo varón. La CN habla taxativamente que las mujeres solamente prestarán SMO en caso de necesidad, dentro de un conflicto armado internacional. No hay mucho que discutir sobre igualdad aquí. Todo lo dicho quedará meramente para la retórica hasta una Constituyente o una Enmienda.

Cuando llega la edad en que un ciudadano paraguayo puede servir dentro del SMO, es obligación suya hacerlo. Pero en ningún momento, en ningún lugar de la CN ni de la ley dice que ese servicio debe ser gratuito. Es más: como derecho humano, toda persona que ofrezca su servicio a una persona física o a una institución, debe obtener la paga que corresponde. Si en altas esferas del Gobierno hablan de incentivar a los jóvenes a enrolarse, el primer paso para ello debe ser retribuir al ciudadano su tiempo y esfuerzo invertidos.

La baja militar documenta a un Reservista como tal. Certifica que esa persona posee el entrenamiento necesario para ocupar un puesto en un hipotético conflicto armado internacional. Sumado a esto, la baja militar es una constancia para otros que no son aptos para las tareas militares. Estos reciben baja por ineptos (o inaptos, como leí que los denomina la ley actual). También existen otras excepciones, todas ellas enunciadas en la ley 569/75. Las mismas FFAA declaran a esas personas que, a pesar de tener la voluntad de servir, no pueden hacerlo por alguna de las razones allí establecidas.

Si hay algo que debe derogarse de la ley del SMO son las multas. Jamás debe una ley ser de cumplimiento optativo “a conciencia”. O se cumple toda, o se deroga.

Quien no quiere realizar el SMO ni mucho menos figurar entre los Reservistas a futuro tiene la opción de la Objeción de Conciencia, establecida en el mismo artículo 129 de la CN. Posee el mismo rango constitucional: es totalmente legal y es un derecho del ciudadano. Estos deben prestar servicio civil o comunitario. Cuánta falta nos hace que los paraguayos pisemos tierra y conozcamos un poco más de la realidad de nuestra gente! Esta alternativa tiene por objetivo brindar el mismo servicio a la patria pero en otro ámbito.

Existen esos dos caminos, mis queridos amigos y amigas: o prestás tu SMO y sos Reservista de la Patria, o hacés tu Objeción de Conciencia y prestás servicio a tu país desde lo social.

Servir debería ser parte de los valores del paraguayo. No vamos al servicio militar o comunitario para bajar de peso “no más”, ni para aprender disciplina “no más”, ni para sacarnos selfies y ponerlas en las redes “no más”, ni para pasar mal y así tener pretextos para contar que sos un macho “no más”. Vamos al servicio porque el paraguayo debe servir a su patria. Conocerla y amarla es importante para poder ponerse al servicio de ella.