domingo, 5 de diciembre de 2010

Despierta, amada mía!

Despertarte es lo que quiero.
De un sueño de años levantarte.
Pero no quiero en mis brazos llevarte.
No que no quiera; no debiera.

Tantos te tomaron y condujeron,
y con ellos fuiste a tantos paraderos.
Mas no has sido tú quién decidió destinos
sino que cediste ante ajenos arbitrios.

Y hoy estás dormida,
sumergida en angelical ensueño.
Esperarás tal vez un nuevo príncipe
quien te dé nuevos horizontes?

Por qué has sido siempre así,
vulnerable a tus poseedores?
Por momentos te mostrabas decidida
pero con el tiempo nuevamente cedías.

Quiero despertarte.
Te quiero consciente y decidida,
que aprendas de pasados errores
y, sobre todo, que vayas donde tú quieras.

Tienes el futuro a tus pies
y sólo el cielo te limita.
Camina, corre, vuela: como quieras,
pero sólo quédate despierta.

Así te quiero, Patria mía.
Sé tú quien decida por quienes te gobiernan.
Muéstrales tú por donde ir
y edúcanos a tus hijos para poderte seguir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario